Fecha: finales de octubre. Evento: despliegue del operativo anual para conseguir las entradas del festival de jazz de Madrid: esa exótica performance en la que el aficionado participa en una divertida gincana para adivinar quiénes y cuándo actuarán en el festival. Para ello se valdrá de una serie de pistas astutamente desperdigadas y de la única herramienta de la intuición, la suerte y los buscadores de Internet. Eso sí, si logras pasar la prueba, al año siguiente sólo tendrás que repetir el mismo patrón para conseguir el preciado trofeo de hacer más cuentas que en la declaración de la Renta para poder costear una mínima parte del festival. Lúdicos pasos a seguir: Mediados de octubre. La duda nos embarga. Visitamos la página web oficial del festival. Nada. Había que probar; nunca se sabe. Si tenemos una intuición, visitamos el programa de conciertos de ese músico que nos da en la nariz que viene este año. Al menos así, sabremos la fecha. Si quedan dos semanas para que empiece el
De nada sirve si no tiene swing (Capítulo 1, versículo 1 del Jazz según Duke Ellington)