Recientemente realicé un visionado de la película documental Searching for Sugar Man , un trabajo del director Malik Bendjelloul , y posiblemente el legado más importante de la corta vida del cineasta. El largometraje, realizado con sentido del guión y sensibilidad estética, se centra en la figura casi fantasmagórica de Sixto Rodríguez , un músico de Detroit que obtuvo cierto reconocimiento pero cuyas ventas fueron prácticamente inexistentes en EE UU. Sin embargo, en la otra punta del mundo, Rodríguez era poco menos que un héroe nacional. En Sudáfrica se lamentaban de los rumores sobre la trágica muerte de un músico que nunca supo que había vendido cientos de miles de copias y cuyas canciones eran escuchadas por tres generaciones de sudafricanos. Durante el desarrollo del filme me resultó difícil no extrapolar las aventuras y desventuras del protagonista con las de las figuras humanas y musicales de muchos de los artistas que por elección o inevitabilidad han elegido
De nada sirve si no tiene swing (Capítulo 1, versículo 1 del Jazz según Duke Ellington)