Acaba el año y, como parece ser ya tradición en este blog , echamos la mirada a esos trabajos que de un modo u otro han marcado musicalmente el jazz de 2014. No existe una razón única para la elección de estos trabajos. Evidentemente, la calidad técnica que presentan estos discos nunca será un plus, sino más bien una cuestión tan previa al trabajo en sí, que será solo más allá de la distinción de todos estos músicos como virtuosos cuando comiencen las verdaderas razones de por qué estos discos perdurarán en el tiempo. Y así es; la técnica es un instrumento para llegar a una finalidad mayor. Como indicamos hace unos días, la búsqueda de la belleza —si no del bien— es uno de los motivos que han hecho que estos trabajos estén entre mi selección: en la perfección técnica debe haber sitio para la calidez. Puede que al escuchar algunas de estas composiciones e interpretaciones tengamos la sensación de que entran directos a nuestra mente, pero tarde o temprano despertarán nuestra
De nada sirve si no tiene swing (Capítulo 1, versículo 1 del Jazz según Duke Ellington)