A veces me encuentro envidiando la figura de la reina de Inglaterra. No el desempeño del cargo, sino que a menudo se haya convertido en musa y destino de grandes obras musicales –a veces en vida; a veces tras su muerte– a lo largo de los siglos. Una de las piezas de Purcell para el funeral ( cpdl ) Tal sucedió con la reina María II de Inglaterra y la hermosa música que Henry Purcell compuso para los fastuosos funerales que tuvieron lugar tras la muerte de la joven reina. Y así pasó también con la actual monarca, Isabel II, tras el encuentro que en 1958 tuvo lugar entra ella y Duke Ellington. Remontémonos a ese año para recordar los acontecimientos que desembocarían en la composición de The Queen's Suite (La Suite de la Reina). El viaje a Inglaterra George Lacelles, conde de Harewood (y primo de la reina) dirigía en 1958 en festival musical de Leeds, que ese mismo año celebraba su biecentenario. La convocatoria de la orquesta de Elli
De nada sirve si no tiene swing (Capítulo 1, versículo 1 del Jazz según Duke Ellington)