En la realidad frustrante de no poder acceder a todo disco que ve la luz en el mundo sólo reconforta el hecho de que parte de esa música es escuchada. 2017 además ha sido especialmente prolífico en jazz; por ello mi selección de discos favoritos del año es algo más extensa. Por desgracia es necesario poner un límite que responde básicamente a la gestión de mi tiempo (seguiría añadiendo discos que he disfrutado especialmente en un lista de 20 ó 30) y a la generosidad del vuestro al acudir a ésta ya tradicional cita del último día del año. Sin estas limitaciones de acceso a toda música y utópicas agendas vacías, nos encontraríamos —o, más bien, me encontraría yo— en un escenario perfecto. Aun así, no encuentro justo lamentarse por las cartas que se han repartido en esta mano de 2017 porque gracias a la cata musical de unos 300 discos, estos 365 días han sido mejores, han traído dignidad, belleza y refugio. Agradezco profundamente todo ello. Aquí tenéis mis ...
De nada sirve si no tiene swing (Capítulo 1, versículo 1 del Jazz según Duke Ellington)