«El mundo está loco ahora mismo, pero tenemos la música para mantenernos unidos» Dave Liebman departiendo con Jerry González. © Mirian Arbalejo Una de las experiencias más gratificantes que ofrece nuestro pequeño universo de cuatro letras es seguir comprobando que hay existencias que encarnan todos los valores y atributos que contiene el jazz , más allá incluso de la propia música. Cualquiera que lo conozca sabe que Dave Liebman (Nueva York, 1946) es una de esas existencias. Y aunque no todos los días se reúne una con un NEA Jazz Master (la máxima distinción en el mundo del jazz), con una retahíla de premios que abarcan desde el Doctor Honoris Causa hasta los más conocidos galardones en interpretación, divulgación, pedagogía o composición, lo cierto es que el valor de los encuentros con Liebman no tiene nada que ver con sus premios o con que su nombre aparezca en más de 500 discos de diversos géneros musicales. Su amor y compromiso con lo que hace, su apoyo a
De nada sirve si no tiene swing (Capítulo 1, versículo 1 del Jazz según Duke Ellington)