Hace unos días se hizo pública parte de los ganadores de los premios que entrega anualmente la Asociación de Periodistas de Jazz (Jazz Journalists Association - JJA). Podéis consultar los resultados públicos en su web.
Los premios se entregarán el próximo 16 de junio en el club Blue Note de Nueva York. Además de los músicos que forman parte del elenco de galardonados de este año, ese día se harán públicos los premiados en la categoría de periodismo de jazz, tanto digital como impreso, incluyendo fotografía y cortometrajes.
Entre los ganadores que recibirán este año el reconocimiento, destaca sin duda el pianista Kenny Barron, ganador de tres de las estatuillas plumadas (mejor pianista, disco del año por The Art Of Conversation —junto con Dave Holland— y mejor formación en dúo). Es de destacar que Randy Weston será quien reciba la distinción por una vida dedicada al jazz. Por otro lado, el título de músico del año, según la JJA, recae en el trabajo realizado por Jason Moran durante 2014.
Para llegar a estos resultados, la Jazz Journalists Association invita en primer lugar a sus miembros a presentar las nominaciones que considere pertinentes en un foro habilitado a tal efecto y, tras esta fase de postulaciones, se realiza la votación en sí entre los más nominados en cada categoría. El resultado de esta segunda votación es el que determina los ganadores cada año.
Repasando los resultados que ofrece la web de la JJA no cabe duda de que se ha seguido una máxima de premiar la excelencia pero es inevitable reaccionar ante la sensación de que paseamos por esos lugares comunes de los que parece difícil avanzar de un modo u otro. Valga como ejemplo el premio a la fantástica vocalista Cecile McLorin Salvant, que lleva dos años seguidos recibiendo el título de artista revelación (sin que esta puntualización pretenda en modo alguno mermar la capacidad de realizar arte que posee Salvant), cuando, por fortuna, contamos con más ejemplos cuyos trabajos serían dignos merecedores de tal título.
Pese a la insistencia de su presidente, Howard Mandel, en recordar que los premios se enfocan en los méritos acontecidos a lo largo del año 2014 (excepto, claro está, en el de una vida dedicada al jazz), he de sospechar que en ocasiones se ha cedido a la tentación de premiar una figura o una carrera más allá de esa acotación temporal que definen los premios en su propio título. Es ésta otra de las razones por la que pasearemos entre nombres comunes en los ganadores de este año.
Todo ejercicio de votación requiere una responsabilidad; en lo artístico además presenta la peculiaridad de aunar lo objetivo con lo subjetivo, siendo lo primero, con mucho, lo que debe marcar nuestras decisiones. Cuando este año se me presentó la posibilidad de formar parte de las votaciones de los premios de la JJA, dediqué unas jornadas a reflexionar sobre la finalidad y naturaleza de los premios, el papel de quien elige y, por qué no decirlo, sobre el equilibrio entre el sentido de reducir algo tan extenso como la creación musical a unos pocos nombres y la utilidad de los premios como vehículo para dar a conocer estos trabajos.
Con varias conclusiones bajo el brazo enfrenté las nominaciones y votaciones finales con, al menos, idea claras en el modus operandi con que llevar a cabo el ejercicio. Es por esa razón por lo que dejé desiertas cuatro categorías: dos de ellas porque no había escuchado el trabajo de al menos uno de los nominados, con lo que mi votación habría resultado injusta —como mínimo potencialmente—; el par restante quedó en blanco porque consideré que los nominados no representaban aquello que el premio quería celebrar —o al menos en lo relativo a 2014— y esto suponía un agravio comparativo desde mi punto de vista.
Estas pautas me permitieron votar buscando la mayor objetividad posible.
En cuanto a lo subjetivo sólo puedo lamentar que la postulación de Cifu para el premio de una vida dedicada al periodismo de jazz no llegara a la categoría de nominación: su figura fue uno de los puntos fuertes en las discusiones, en su mayoría como revelación y dato cultural más que como una verdadera profundización en una trayectoria conocida de antemano. Si busco coherencia con mis razones a la hora de comprometerme en votar con la actitud más justa posible, supongo que habría de enfrentar la lógica en por qué un periodista de lengua hispana llama la atención pero no la concreción.
El próximo 16 de junio conoceremos al ganador de ésta y otras categorías relativas al periodismo de jazz, como las de mejor blog de jazz del año, libro, página web, liner notes, fotografía o cortometraje.
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