Ir al contenido principal

Quincy Jones, 'Giant Steps', Slonimsky y John Coltrane




Supongo que ya todos los presentes están enterados de las tres entrevistas a Quincy Jones que se han publicado en menos de dos semanas. Si no es así (o simplemente os apetece repasarlas) no dejéis de leerlas (por ahora sólo en inglés).




Quincy Jones fotografiado en 2008 (© Glenn Francis, www.PacificProDigital.com)



La primera y la tercera han sido publicadas en las ediciones estadounidense y británica de GQ el 29 de enero y 10 de febrero). La segunda entrevista (del 7 de febrero) la encontraréis en la revista Vulture. Esta última tiene la clave para la razón de ser de este artículo que estáis leyendo.

Evidentemente, el material que se ofrece en entrevistas tan extensas a una personalidad locuaz y con tal bagaje musical y vital como Quincy Jones no podía pasar inadvertido. El productor, compositor, arreglista, intérprete, etc, etc, ect ha estado y sigue estando a sus casi 85 años en todos los saraos imaginables y, lo que es aún mejor para nosotros como lectores, en los inimaginables. En ese sentido la entrevista más completa es la que corresponde a la larga charla con David Marchese en Vulture. Desde sus andanzas con Charlie Parker, Ray Charles, Frank Sinatra o Marlon Brando hasta cómo se libró de formar parte de uno de los episodios más espeluznantes de la historia de EE UU: estaba invitado a cenar en la casa de su vecina, Sharon Tate, la noche en la que la familia Manson asesinó a todos los comensales (incluyendo al peluquero de Jones, con el que había estado charlando ese mismo día).

Si con la entrevista de Vulture se quemó el nivel VI de Troya, la de GQ se encargó del resto de los niveles. Pero son las conclusiones sacadas de sus declaraciones las que han hecho arder todos los palacios micénicos.










Y es que entre los internautas se dudaba enfáticamente de, básicamente, todos los hechos que aportaban las declaraciones de Quincy Jones (vamos acercándonos al porqué de este texto). Poco a poco se ha ido comprobando que no mentía. ¿Que Marlon Brando mantenía relaciones sexuales con todos y todo cuanto se le antojaba, incluyendo el actor Richard Pryor…? ¡Imposible!

... Hasta que la viuda de Pryor confirmó que era cierto.

Uno de los grandes revuelos se formó en torno a las declaraciones de Jones sobre su primer encuentro con los Beatles. Eran unos chavalines, McCartney contaba con apenas 21 años y al entrevistado le parecieron unos instrumentistas horribles. Claro está, miles de fans han puesto el grito en el cielo. Pero hay que tener en cuenta que hablamos de los comienzos del grupo, y la opinión la da alguien que había estado rodeado por gente como Charlie Parker, Count Basie, Ray Charles, Gillespie, Mingus (y había presenciado, por ejemplo, la grabación de Kind Of Blue). De todos los dones musicales que tenían los Beatles, el virtuosismo en su instrumento no era el destacable y, además, tampoco lo necesitaban.

Llama la atención que el enfoque de los lectores haya recaído en estas cuestiones cuando, al ir confirmando ciertas revelaciones (excepto la de la muerte de Kennedy, claro está, aunque ahí lo deja Jones) era inevitable que aficionados y profesionales del jazz nos centráramos en sus declaraciones acerca de Giant Steps, el mítico tema de John Coltrane, que atribuye a un ejercicio que aparece al comienzo del libro Thesaurus of Scales and Melodic Patterns, de Nicolas Slonimsky.

Es conocida la dedicación de Coltrane a este libro y, tal y como se dice en la entrevista, era habitual ver al saxofonista cargar el libro ya desgastado por doquier.



Thesaurus of Scales and Melodic Patterns,de Nicolas Slonimsky (1947)



Pero de ahí a asegurar que Giant Steps es de Slonimsky hay un trecho. Sin embargo, visto lo visto, la curiosidad nos pudo y un grupo de personas hemos estado investigando sobre ello. Aquí os dejo varias conclusiones:
Slonimsky publicó Thesaurus of Scales and Melodic Patterns doce años antes de la composición de Giant Steps (el tema. El disco se publicó al año siguiente, 1960).


En este punto del siglo XX las visiones intrépidas de armonía no eran nuevas en música ni mucho menos en jazz. El asunto va más enfocado a la teoría y práctica musical que obsesionaba a Coltrane, buscando todos los modelos de escalas posibles. Y este estudio llevó a lo que hoy conocemos como los Coltrane Changes (o “Cambios Coltrane”).









Estas progresiones evolucionaron a lo largo de sus composiciones: desde Countdown (basado en el Tune up de Miles Davis) a Giant Steps (con los mismos ejes tonales).


















Se había conjeturado con el origen de esta secuencia mítica de Coltrane, sobre la posible influencia de Slonimsky; lo que estamos confirmando ahora es que la segunda parte de la melodía de Giant Steps coincide con una de las primeras armonizaciones que aparecen en el manual de Slonimsky que Coltrane tanto había practicado. La secuencia melódica es precisamente la que aparece en el ejemplo al comienzo del libro.












La composición de Coltrane abarca, claro está, mucho más que estos acordes de Slonimsky, pero desde el punto de vista de la historia de la música es un dato realmente revelador, que nos hace meditar —una vez más— sobre el valor de la inquietud en el músico, la práctica constante, la formación más allá de las titulaciones, la curiosidad… ¿Tendríamos Giant Steps sin la dedicación de John Coltrane y su compromiso personal con lo que hacía? ¿Sin esa relación con un libro editado en 1947? No puedo contestar a eso y tampoco quiero hacerlo porque realmente lo que más importa en este asunto son las preguntas.










© del texto: Mirian Arbalejo


Comentarios

Entradas populares de este blog

Festival Internacional de Jazz Getxo: Unos apuntes sobre Gestión Cultural

Cuando existe la duda de si estamos siendo testigos de una era de cambios, la forma más rápida de encontrar una respuesta es fijarse en la gestión de la cultura . La transformación en la creación artística da sin duda pistas y es imprescindible para comprender períodos a medio y largo plazo, pero es la gestión cultural —y la diligencia y el celo en su apoyo y distribución— lo que marcará este aviso de forma más inminente.  El arte sobrevive . Siempre lo hará. Decía Aristóteles que el arte es la mímesis de lo humano , y hasta ahora su descripción sigue demostrándose cierta. De modo que aunque presenciemos altibajos en su desarrollo, el arte seguirá existiendo, curiosamente pese a y por  esas peculiares criaturas que resultamos ser . Un tema muy diferente es la logografía en torno al arte (sospecho que nuestra generación será la última que conviva con la crítica musical) y su gestión. El Festival Internacional de Jazz de Getxo cubre diversos frentes fundamentales en una

Estándares de Jazz: 4. 'Caravan'

En ocasiones una decisión que puede en principio parecernos personal, simple y de repercusiones limitadas acaba teniendo un alcance imprevisto. Imaginemos a un niño nacido en el Puerto Rico de 1900 en el seno de una familia de músicos. Su tío, Manuel Tizol Márquez, era entonces considerado la figura puertorriqueña más destacada de la música instrumental tanto en el repertorio clásico como en el popular. El pequeño Juan Tizol —según testimonio propio— participaba en la banda de su tío Manuel cuando contaba con tan solo 8 años, y fue posiblemente por aquel entonces cuando tomó una decisión que habría de tener influencia tanto en su carrera como en la evolución de la música americana del siglo XX. La simple pero definitiva elección del pequeño Juan Tizol consistió en dejar el violín para entregarse al trombón de pistones, instrumento al que dedicó el resto de su vida. En 1920 viajó junto con su orquesta a los EE UU, donde, pese a no conocer el idioma —refiriéndonos con

Estándares de jazz: 7. 'My Favorite Things'

En ocasiones un segundo matrimonio supera con creces una relación anterior. Musicalmente hablando esto es lo que sucedió con el tándem artístico que formaron Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II , a quienes se les considera el paradigma creativo del teatro musical del siglo XX. Efectivamente, ambos crearon una carrera profesional y una gran reputación con sus primeros colaboradores. En el caso de Richards Rodgers , su colaboración con Lorent Hart durante más de dos décadas dejó decenas de partituras de musicales tanto para Broadway como para Londres, así como composiciones para Hollywood para contrarrestar la depresión económica en la década de 1930. Posiblemente su musical con mayor repercusión sea Pal Joey . De entre los temas que compusieron a lo largo de esta colaboración, muchos se convirtieron en éxitos y, por tanto, gran número de estas piezas han pasado a formar parte del amplio abanico de estándares de jazz. Son composiciones de Rodgers y Hart Isn’t it Ro

'Whiplash', una película sobre algo que no es jazz

El mes pasado tuvo lugar en España el estreno del filme Whiplash , segundo largometraje del director Damien Chazelle , responsable a su vez del guion tanto de la película como del cortometraje previo. Whiplash llegó precedida por una significativa retahíla de premios y nominaciones; opta, sin ir más lejos, a ser elegida la mejor película del año de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, los comúnmente conocidos premios Ó scar . Será competencia del espectador decidir si ha encontrado emoción, inteligencia o entretenimiento en el filme, pero presenta algunos aspectos que quien firma este blog desea revisar. No existe el deseo de ofrecer análisis cinematográfico alguno, sino de aclarar ciertas consideraciones que merecen puntualización tras la estela dejada por la definición de Whiplash como una película sobre jazz . Es innegable que Whiplash parte del deseo de transmitir, como mínimo, un entorno jazzístico, pues sus dos protagonistas encarn

Cómo iniciarse en el jazz con una cierta seguridad de no acabar dejándolo para otra vida

Una de las preguntas que más temo pero que más me hacen es qué  escuchar  para iniciarse en el jazz.   Desde que utilizo las redes sociales, me topo con esta pregunta, como  mínimo, una vez por semana. Y ésa es la razón principal por la que me he   decidido a escribir este texto. Es imposible dar una respuesta general porque no existe un comodín que  responda a  los gustos personales de cada uno. Pondré como ejemplo al  aficionado al rock que  pide la recomendación; podemos sugerir piezas que  compartan un cierto lugar común , pero sin conocer la discoteca del  interesado  y sus inclinaciones dentro de su género  favorito, veo difícil crear  una norma  general que sirva para todos. A lo que sí voy a atreverme es a dar unas pautas que puedan compensar la ausencia de receta mágica; datos, recursos e incluso actitudes que a mí me han resultado de utilidad en estos 20 años de relación estable que llevo con el señor jazz.

Discos Favoritos de 2022 Y Una Reflexión Sobre Crítica Musical

  Supongo que todos tenemos unas costumbres no muy distintas a la hora de escuchar un disco: mirar la portada, leer los títulos y créditos, y, si somos muy afortunados, leer las cada vez menos presentes —y más necesarias— notas de los discos mientras escuchamos el álbum.     Las primeras notas de March On , el tema que abre el 16.º disco como líder de la compositora y pianista Lynne Arriale ( The Lights Are Always On ) ya provocaron una reacción emocional y de fuerte interés musical. Y era solo el comienzo de uno de los trabajos de representación y expresión histórica más destacables que recuerdo.     Como crítica, había un componente personal sobre el que estuve varios meses reflexionando: todos los temas de The Lights Are Alwayn On están inspirados en eventos de profundo peso de los últimos dos años, con una peculiaridad subjetiva, que yo había vivido y presenciado todos y cada uno de ellos. ¿Hasta qué punto mi reacción al disco del trío de Arriale estaba justificada en lo artísti

Gregory Porter y el fenómeno fan

Gregory Porter durante su actuación en el Festival de Jazz de Madrid (Fotografía de Álvaro López del Cerro) Debí haber prestado más atención a las señales. No sólo porque las entradas para el concierto que ofreció Gregory Porter en Madrid llevaban tiempo agotadas , sino porque al llegar al Centro Cultural de la Villa/Fernán Gómez encontré seguidores del cantante que sostenían con cierta solemnidad carteles en busca de una entrada . Menor discreción mostraban aquellos que acechaban en la taquilla pidiendo, suplicando, mendigando u ofreciendo pingües lucros a cambio de mi acreditación. Ya en el auditorio, Porter (Los Ángeles, 1971) fue recibido entre vítores , aplausos y sonrisas de devoción. Es un músico muy querido , cierto, y esta entrega de su público no responde únicamente a su talento como vocalista —con ese timbre de enorme expresividad y profundidad que lo caracteriza en torno a su amplia tesitura de barítono— sino también a su carisma . Dominar un escenario y

Nuestro Bogui

Si hay un buen día de la semana en Madrid, ése es el lunes. Si hay un sitio donde celebrarlo, es Bogui. Y eso que Bogui es mucho más que lunes festivo de Big Band. Es la casa de jazz de todos. Esta mañana nos han cerrado Bogui. Sin razones legales ni laborales, sin descuidos ni errores administrativos. La avaricia, el amiguismo y los tejemanejes del cuarto poder y la política son demasiado peso para que las vigas de un club de jazz lo soporten. Y somos muchos los que nos sentimos como esas vigas porque Bogui es también nuestra casa. “Yo soy Espartaco.” “ Sí, capitán, mi capitan.” Expresadlo como queráis. Sencillamente no pueden ni deben dejarnos sin Bogui. No pueden dejarme sin Bogui: es, por muchas razones, parte de mi Ítaca. Hemos de conseguirlo. Missingduk e seguirá intentando desde aquí formar parte de un David contra Goliat. Cuento con vosotros.

Estándares de jazz: 5. 'Tema de amor/Tema principal de Espartaco'

Posiblemente el nombre Isadore Soifer no resulte familiar para la mayoría, pero si se puntualiza que pronto Mr. Soifer pasó a ser conocido como Alex North , seguramente muchos melómanos y más cinéfilos sabrán quién es el protagonista de esta quinta entrega sobre estándares de jazz . Desde muy joven, North (Pensilvania, 1910 - Los Ángeles, 1991) fijó su atención en dos compositores contemporáneos: Duke Ellington y Sergei Prokofiev. Pronto consiguió estudiar composición en la prestigiosa Juilliard School mientras trabajaba como telegrafista por las noches. Su pasión por los compositores rusos y el hecho de que en la entonces Unión Soviética había una gran demanda para cubrir puestos en telegrafía decidieron a North a continuar sus estudios de composición en Moscú, cuyo conservatorio lo aceptó, convirtiéndose en el primer estadounidense en lograr no sólo ser becado por esta institución sino también en formar parte en la estricta Unión de Compositores Soviéticos . Pero

Leonard Bernstein y el Jazz (II). El pequeño Lenny

Hay algo al intentar escribir sobre la vida de Leonard Bernstein que recuerda a ese realismo mágico tan presente en los autorelatos de las vidas de Louis Armstrong o Duke Ellington . Y, sí, reconozco el anacronismo aquí pero qué puedo hacer yo si el realismo mágico ya existía en básicamente cada palabra que estos músicos elegían para contar los eventos de sus vidas. Quede claro que con la fecha de nacimiento este año no se juega; quiero decir con esto que sí, que Armstrong lo hizo, diciendo que había nacido un mes antes para darle un toque romántico porque si le hacíamos caso correspondía al 4 de julio, con lo que, básicamente, aún se celebraría su nacimiento en EE UU con fuegos artificiales. Pero Leonard Bernstein nació un 25 de agosto de 1918 . Así sucedió. Sin duda. Estamos celebrando el centenario de su nacimiento en el momento correcto. De todas formas, en el caso de Bernstein, para encontrar algún ejemplo entre lo real y otras materias, también podemos recurr