Es prácticamente imposible adivinar cuál será la aventura musical en que estará envuelto un músico como Bill Frisell. Su enfoque personal, su naturaleza inquieta, su concepción ecléctica de la música... todo ello toma forma en proyectos siempre sorprendentes, tanto en sus colaboraciones como en sus trabajos como líder. Así sucedió por ejemplo con su disco Go West: Music for the Films of Buster Keaton o con su colaboración con John Zorn en The Mysteries.

Teniendo en cuenta que Bill Frisell nació en 1951 (Baltimore), será esa década y el comienzo de la siguiente lo que marque la selección (junto con temas propios del guitarrista) de lo que encontraremos en este álbum. También ese año nació uno de los ingredientes característicos del disco, la Fender Telecaster (conocida también como la tabla); el sonido de la Telecaster marcó una generación de músicos a los que este disco rinde homenaje.
En Guitar In The Space Age! encontramos temas originales de The Kinks, The Beach Boys, The Byrds, The Tornados o de Speedy West. Temas que marcaron una época pero que difícilmente encuentran lugares en común con la actual... al menos hasta que Frisell llega para demostrar lo contrario. Él mismo recalca que este disco no es un ejercicio de nostalgia, y ciertamente no es exactamente la emoción que provoca este trabajo.
Quizá pueda producir la impresión de que se trata sólo de un divertimento, cuando en realidad, Guitar In The Space Age! es una obra que ha de ser tomada con toda seriedad. Establece un compromiso con aquellos que crearon una música que nos influyó, cuya contribución se basaba, a su vez, en una generación previa embebida por la música de otra anterior, siendo así también en un sentido que avanza hasta el presente. Es una cadena de existencias y sonidos que siempre funcionará de este modo.
En cada uno de los temas del disco se evidencia esta máxima, pero, claro está, la revisión de Frisell sobre estos "clásicos" es profundamente personal, revisitados desde una vanguardia honesta, siempre original, que no encuentra utilidad en el artificio fatuo y desarrolla melodías delicadas, en continuo movimiento, creando siempre efectos sonoros cuya naturaleza electrónica se disipa en la creatividad de Frisell y los músicos que lo acompañan.
En cada uno de los temas del disco se evidencia esta máxima, pero, claro está, la revisión de Frisell sobre estos "clásicos" es profundamente personal, revisitados desde una vanguardia honesta, siempre original, que no encuentra utilidad en el artificio fatuo y desarrolla melodías delicadas, en continuo movimiento, creando siempre efectos sonoros cuya naturaleza electrónica se disipa en la creatividad de Frisell y los músicos que lo acompañan.
Se trata de compañeros y amigos en la música de toda una vida; como Greg Leisz, a quien considera su hermano de guitarra. Esa complicidad entre ambos es evidente en todo el disco y se refleja especialmente en temas como Reflections From The Moon, un canon a dos guitarras con reminiscencias oníricas, y, claro está, espaciales, que crean armonías melancólicas y cargadas de ensoñación. Esta atmósfera envolvente será la tónica del disco, como sucede en temas como la polifónica y límpida The Shortest Day, o el vintage rítmico y melódico de Turn, Turn, Turn.
Todo ello da la idea de que, para crear este disco, Frisell necesitaba convocar a esta formación de músicos y amigos, que completan Tony Scherr al bajo y Kenny Wolleson en la percusión y el vibráfono. En palabras del líder del cuarteto, este disco resulta de "amar esta música y a estos chicos. Todo es aprender y profundizar en la música, y buscar de dónde venimos. (...) Ninguna música está por encima o por debajo de otra. Toda es difícil. Toda es hermosa. Es una sola".
Todo ello da la idea de que, para crear este disco, Frisell necesitaba convocar a esta formación de músicos y amigos, que completan Tony Scherr al bajo y Kenny Wolleson en la percusión y el vibráfono. En palabras del líder del cuarteto, este disco resulta de "amar esta música y a estos chicos. Todo es aprender y profundizar en la música, y buscar de dónde venimos. (...) Ninguna música está por encima o por debajo de otra. Toda es difícil. Toda es hermosa. Es una sola".
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Bill Frisell, guitarra; Greg Leisz, guitarra; Tony Scherr, bajo; Kenny Wolleson, percusión y vibráfono.
1. Pipeline (Brian Carman/Bob Spickard) 2. Turn, Turn, Turn (Pete Seeger) 3. Messin' with the Kid (Mel London) 4. Surfer Girl (Brian Wilson) 5. Rumble (Milt Grant/Link Wray) 6. Shortest Day (Bill Frisell) 7. Rebel Rouser (Duane Eddy/Lee Hazlewood) 8. Baja (Lee Hazlewood) 9. Cannonball Rag (Merle Travis) 10. Tired of Waiting for You (Ray Davies) 11. Reflections from the Moon (Speedy West) 12. Bryant's Boogie (Jimmy Bryant) 13. Lift Off (Bill Frisell) 14. Telstar (Joe Meek).
Okeh Records. 2014.
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