Posiblemente, dos fueron los hechos biográficos que llevaron a Esther Cidoncha a acabar teniendo una irrevocable relación íntima con el jazz.
Portada de When Lights Are Low, con Christian Scott |
El primero de ellos es la revelación que sintió al escuchar por vez primera en su adolescencia un sonido que nada tenía que ver con la música de autor a que estaba acostumbrada en su entorno.
Aquello, llamado jazz, creó en ella tal sentido de la identidad que nunca más volvió a abandonarlo.
El segundo de estos hechos se aproximó a través de un vehículo diferente: el de la fotografía. Su interés por la obra de figuras como Cartier-Bresson o Bill Brandt la llevaron a conocer el trabajo de otros fotógrafos cuyas instantáneas se centraban en el mundo del jazz.
William Claxton fue una de las piezas de este engranaje de circunstancias que llevaron a Esther Cidoncha a empezar a experimentar con un cámara hacia la década de 1990.
Esta afición pronto empezó a tomar forma de obsesión porque, finalmente, en palabras de Esther, "es tu reto".
Cuenta que la fotografía le recuerda al jazz "porque cuando todo comenzó no había escuelas; los músicos practicaban horas y horas buscando su sonido".
Ella sintió algo parecido en el trabajo por encontrar el matiz adecuado para cada imagen: "Ahora tienes Photoshop, pero entonces para crear esos matices recurría al papel."
Ya con un propósito claro, Esther Cidoncha decidió enfocar su vida y su cámara en lo que sucedía durante las actuaciones de jazz. Comprendió bien que la improvisación es algo único que sólo existe durante un instante, y quiso aceptar el reto de plasmarlo en una imagen.
Esta búsqueda por conseguir retratar al músico como vehículo de ese trance musical y vital que es la improvisación la llevó a tomar fotografías por toda suerte de teatros, clubes, festivales y antros a lo largo de varios países.
Un paseo por esta vida de instantáneas es el corazón de lo que encontraremos en When Lights Are Low: un catálogo que muestra parte de lo que el jazz ha sido en las últimas dos décadas, y, a la vez, un plano secuencia de la evolución en la fotografía de Esther Cidoncha, donde por medio de sus imágenes se narran sus primeras pruebas, su experimentación, su paso de lo analógico a lo digital y la cimentación de su estilo.
Este estilo, tan reconocible hoy en su fotografía, marca el título del libro, pues en sus cuatro palabras se define la presencia de un lugar íntimo, en su mayoría clubes sin apenas iluminación, la ausencia de flash en su cámara y el ajuste de una sensibilidad ISO muy alta para conseguir estas piezas en blanco y negro que quieren atestiguar un momento y trascender hacia la sinestesia para conseguir convertir el sonido en imagen.
When Lights Are Low. Retratos de Jazz
Textos de Wadada Leo Smith, Antonio Muñoz Molina, Chema García Martínez y José María Díaz-Maroto.
Editado por La Fábrica. 24 x 27 cm. 232 páginas (cartoné con camisa).
ISBN: 978-84-15691-95-2
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