El último día del año es tradición aquí celebrar la música que nos ha emocionado, sorprendido, apaciguado o inspirado. No toda puede quedar reflejada en un simple listado, especialmente porque hay una gran cantidad de música de gran valor que no nos llega. Es por eso que cada año recomiendo "buenos discos", pues no es posible asegurar que lo seleccionado es categóricamente "lo mejor" teniendo en cuenta que la escucha es limitada a unos pocos centenares de discos, y no a los miles que sin duda habrá en el planeta.
No obstante, las listas que titulamos como "lo mejor del año" dan visibilidad a trabajos de valor que merecen sen destacados y, en muchos casos, descubiertos a un público a quien no llegaría de otro modo. Hay que insistir en que estas listas no contienen todos los títulos que deberían (no todo llega a los críticos); hay grandes creaciones artísticas que por diversos motivos (que merecería analizar aparte y a fondo) no consiguen formar parte de estas selecciones pese a merecerlo. Hay que incidir en que la publicidad y el arte son disciplinas diferentes, y en que en ciertos aspectos el público y el consumidor tienen un papel importante del que por lo general no son conscientes.
Algunos de los títulos que hoy comparto han sido también entregados, junto con los de otros colegas, para la selección de discos del año de la radio pública americana (NPR Jazz Critics Poll), en la que más de un centenar de críticos de todo el planeta hacemos un ejercicio de reconocimiento y festejamos la virtud artística de música excepcional. Es una forma de incidir y destacar buenos trabajos (de hecho es la lista más relevante en discos de jazz). En los próximos meses podré hacer lo mismo con los premios de la crítica de la revista DownBeat o los Premios de la Jazz Journalists Association. La peculiaridad es que aquí no tengo limitación en número de nominados ni especificación por subgéneros.
Es cierto que desearía compartir una lista más numerosa pero ahora mismo no es viable. Aun así, considero más positivo hablar de estos trabajos que no hacerlo de ninguno.
Hemos conversado en los últimos años —y con razones de sobra— sobre la urdimbre del hip hop con el jazz (Go Get Ice Cream and Listen to Jazz es uno de sus exponentes de este año) y su importante papel en multitud de trabajos. Es hora de que hablemos sobre la música de cámara. Varios de los trabajos seleccionados en la lista que hoy publico se apoyan en ella. Uno de ellos, Orange, pertenece casi en exclusiva a este género pero he optado finalmente por seleccionarlo basándome en dos razones: su calidad musical y el básico ingrediente de la improvisación. Lo mismo sucede con Across the Oceans, disco de difícil clasificación genérica pero cuya hermosa improvisación merece ser recomendada.
Os animo a escuchar estos discos, aprender sobre ellos (#SaveLinerNotes), preguntar lo que consideréis de interés y compartir vuestras opiniones (y reseñas donde proceda) sobre cuantos os agraden o emocionen. Es importante retomar la meritocracia en el arte, informarnos, elegir e ignorar catálogos basados en la publicidad cuando esta no se sustenta en trabajos valiosos. Esta música es real, está cerca; solo necesitamos recordarnos que elegir es un ejercicio personal.
¡Disfrutad!
Cannonball Adderley Sextet. Swingin' in Seattle: Live at the Penthouse (1966-1967) (Reel to Real)
Reel to Real ha sido una de las grandes bendiciones de 2019 para el interesado en el jazz. En esta grabación encontraremos música inédita e intrepretaciones de Adderley difíciles de encontrar.
Jaimie Branch. Fly Or Die II: bird dogs of paradise (International Anthem)
Prayer for Amerikkka, Lesterlude... Branch no solo supera su justamente aclamado disco debut como lider, sino que crea una obra artística y explícitamente logográfica de nuestro tiempo.
James Brandon Lewis. An UnRuly Manifesto (Relative Pitch Records)
An Unruly Manifesto está dedicado a "Charlie Haden, Ornette Coleman y el Surrealismo" y desea su autor, el compositor y saxofonista Brandon Lewis, que el álbum se considere como una llamada a la acción; sobre la base de estas premisas crea una música personal y cohesiva a partir de la toma de este potente testigo.
Sebastián Chames. Reminiscing the Unknown Masters (autoproducido).
Chames continúa mostrándose como uno de los mayores exponentes del hard bop del siglo XXI, expresando su música con hercúlea energía y valiosas composiciones.
Javier Colina & Pepe Rivero. El Pañuelo de Pepa (Cezanne Producciones / Jazz Latino Inc.)
Tomando el legado de Manuel Saumell o Cole Porter, y aportando composiciones propias de Pepe Rivero, El Pañuelo de Pepa es una auténtica recreación de la música más allá de los océanos o las medidas temporales. Piano y contrabajo en su mejor expresión.
John Coltrane. Blue World (Impulse!)
Vamos a regalo por año por parte del sello Impulse!.
Jimmy Garrison, contrabajista del cuarteto habitual de Coltrane, era amigo del director Gilles Groulx. Por esta relación, Coltrane accedió a componer la banda sonora de la película Le Chat Dans Le Sac. Gracias a esto hoy podemos escuchar versiones hasta ahora inéditas de algunos hitos del genio.
Chick Corea, Christian McBride, Brian Blade. Trilogy 2 (Concord)
"El arte del trío", "la formación clásica de jazz"... Trilogy 2 es la ejemplificación de cuanto intentamos definir al utilizar esas expresiones.
Alejandro Di Costanzo Trio. Barcino, La Ciudad de los Prodigios (Errabal)
Homenaje de Di Costanzo a su ciudad de adopción, Barcelona. El buen arte está a menudo mucho cerca de lo que creemos.
Al Foster. Inspirations & Dedications (Smoke Sessions)
Sería insuficiente y atrevido recomendar un solo disco del prolífico genio que es Al Foster, pero Inspirations & Dedications es un retrato puro de su música que puede acercarnos a parte de sus matices y expresiones artísticas.
Bill Frisell y Thomas Morgan. Epistrophy (ECM)
No falla: disco excelente por año de Bill Frissell, que en esta ocasión une el talento de su guitarra con el contrabajo de Thomas Webber en una selección de temas muy "frisselliana": Monk, composiciones propias, estándares y una visita a las bandas sonoras de cine que tanto disfruta.
Larry Grenadier. The Gleaners (ECM)
No todos los poemas se escriben en versos. Y no, ningún instrumento está limitado; somos nosotros quienes inconscientemente lo hacemos. Este disco de contrabajo solo que publica Grenadier es necesario desde múltiples puntos de vista.
Johnny Griffin/Eddie “Lockjaw” Davis. Ow! Live At The Penthouse (Reel To Real Recordings).
2019 ha sido un año de ensueño para el jazz gracias a "Reel to Real". Esta batalla de tenores es ya mítica.
Ross Hammond y Poly Varghese. Across Oceans (Big Weezus Music)
Las 25 cuerdas que componen el 12 String Lap Resonator de Ross Hammond y el Mohan Veena de Poly Varghese consiguieron esta comunión como resultado de la voluntad de ambos de compartir las 3 horas en que podían coincidir en un mismo tiempo y espacio. Este trabajo de creación, construcción, improvisación y unión nos ha dejado una de las experiencias musicales más hermosas del año.
Miho Hazama. Dancer in Nowhere (Sunnyside)
Si una composición y su formación pueden ser descritas como frondosas y ricas, los senderos de Dancer in Nowhere lo son. Sorpresivo trabajo de Hazama donde la música cae a raudales o sopla con mesura sobre el oyente.
Fred Hersch & the WDR Big Band. Begin Again (Palmetto Records)
Hersch ha conseguido acostumbrarnos a sacar un (o varios) disco excepcional cada año. Y sea solo, en trío o en otras formaciones, su música consigue siempre alcanzar metas. En Begin Again une su talento (y composiciones) con Vince Mendoza y la siempre inventiva WDR Big Band.
Abdullah Ibrahim. The Balance (Gearbox Records)
La ventana desde la que se ve pasar el tiempo y, con él, experiencias, sonidos, recuerdos, música, arte y emoción.
Subjetivamente hablando, si hay un disco que define 2019, es The Balance.
Ethan Iverson Quartet y Tom Harrell. Common Practice (ECM)
Resulta tentador utilizar términos metalingüísticos para hablar de Common practice, donde la lírica se impone a la gramática pero a la vez conviven en un quinteto que transciende el reconocimiento de nombres y apellidos, donde el swing es un vehículo para un mensaje, la emoción es palpable y la expresión pura es la meta.
Ahmad Jamal. Ballades (Jazz Village)
La música de Ahmad Jamal es siempre una experiencia artística emocionante, pero el privilegio de este disco del pianista ante su instrumento en la expresión más pura posible es una ocasión excepcional para que el oyente absorba diversos matices humanos y artísticos de profundo valor.
Jerome Jennings. Solidarity (Iola)
En Solidarity se une el músico, el divulgador y el testigo de su tiempo. Cada tema es una pista a la expresión humana y musical de Jennings contenida en un disco. Matices metamusicales que no pueden dejar templado al oyente.
Xacobe Martínez Antelo Trío. Capturas (autoproducido)
El trío del contrabajista y compositor Xacobe Martínez Antelo, acompañado por el saxo tenor de Xosé Miguélez y el baterista Max Gómez, crea un reflejo de cuanto nos rodea a base de certeras Capturas: desde las realidades que tememos contemplar hasta las trampas de nuestro tiempo que abrazamos sin criterio.
Hank Mobley. The Complete Hank Mobley Blue Note Sessions 1963-70 (Mosaic Records)
Se ha hecho esperar más de lo estipulado y su precio condiciona. Pero musicalmente tenemos una publicación excepcional con temas inéditos de Mobley y con una notas de lujo a cargo de Bob Blumenthal. #SaveLinerNotes
Pep Mula. MULA II (Underpool)
El baterista y compositor Pep Mula presenta junto con su quinteto el segundo volumen de este monográfico; uno de los mejores trabajos del año que publica Underpool, un sello imprescindible en la música contemporánea europea y, a la vez, un colectivo de sólidos músicos. Es el caso de Mula II, donde todo ingrediente musical es válido y honesto.
Kassa Overall. Go Get Ice Cream and Listen to Jazz (Kassa Overall LLC)
Asimilar el mensaje social y la composición en Go Get Ice Cream and Listen to Jazz es un ejercicio de apabullante naturalidad.
Moisés P. Sánchez. UNBALANCED Concerto For Ensemble (Moisés Sánchez & Estudio Uno)
Escuchar esta composición en tres movimientos provoca una sensación cercana a la de saberse ante un buen guion cinematográfico, pues ya desde sus primeras notas despliega una serie de matices cargados de información y emociones que no responden a un azar, sino a ese encuentro entre tiempos, maneras de componer y de interpretar, entre el olor a papel de partitura y su reflejo digital, entre lo heredado y lo propio, y todo ello en un continuo. Los juegos cromáticos de la orquestación y la elección del ensemble junto con la conjugación de los ritmos serán senderos básicos para describir los paisajes y las emociones, siempre protagonistas en la obra de Sánchez.
Caroline Shaw / Attacca Quartet. Orange (Nonesuch Records)
Shaw experimenta las posibilidades musicales del cuarte de cuerdas como un instrumento de belleza y expresión ritual, de modo que no es de extrañar que sean el espejo a atravesar para llegar al otro lado; en este caso al jardín donde se muestran las composiciones que ha creado en Orange.
Joshua Redman & Brooklyn Rider. Sun on Sand (Nonesuch Records)
No recuerdo un año en que un trabajo de Joshua Redman no aparezca en una lista anual y lo haga con un trabajo extraordinario. Este año era difícil incluso elegir uno solo. Sun on Sand es un trabajo en equipo que consigue todo lo deseable en el arte: emocionar, describir, trasladar, sorprender y crear.
Tomeka Reid Quartet. Old New (Cuneiform Records)
Brillante, inventivo y transgresor trabajo de Tomeka Reid. Old New merece ser reconocido como uno de los trabajos más relevadores de los últimos años.
Marta Sánchez Quintet. El Rayo de Luz (Fresh Sound New Talent)
El mundo musical que vive en Sánchez sigue mostrándose como una de las expresiones musicales más relevantes año tras año; en parte por el valor de sus composiciones y también en gran medida por la relevancia individual y grupal de su quinteto.
Aki Takase Japanic. Thema Prima (Budapest Music Center Records)
Thema Prima es uno de los trabajos con más y mejor utilizados recursos musicales del año.
El disco se grabó celebrando su 70.º cumpleaños, celebrando también para nosotros su prolífica obra con esta fiesta musical de armonías indómitas, melodías que nos llevan a templos, bosques y abstracción, y efectos sorprendentes.
Vein/Norrbotten Big Band: Symphonic Bop (Double Moon)
Elegante encuentro de formaciones creando un sola expresión de realidad artística musical.
Tobias Wiklund. Where The Spirits Eat (Stunt Records)
El debut como líder del cuarteto del cornetista Tobias Wiklund es un puente entre siglos pero también entre dimensiones. Onírico cuando desea, autoritario en lo contemporáneo... Where The Spirits Eat ofrece música en múltiples formas reales.
Textos © Mirian Arbalejo
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