Ir al contenido principal

Mujeres (una perspectiva histórica) y Música (un presente adverso)








«De entre todo cuanto posee aliento y raciocinio, las mujeres somos la criatura más desgraciada»




Resulta un reto estimulante que el lector trate de ubicar temporalmente la autoría de esta frase sin dar un contexto. ¿Exagerada? ¿Acertada? ¿Depende?


Efectivamente, el contexto importa: da profundidad y sentido.


Esta confesión sale de los labios de Medea en la versión de Eurípides. Fue escrita en el siglo V a. C.

Medea es posiblemente la tragedia «de la venganza» por excelencia, pero no es en absoluto la única temática de peso que trata. De hecho, muy a menudo se olvida que la semilla de la tragedia es un sentimiento que se compartirá en todas y cada una de las tragedias (y comedias) clásicas protagonizadas por mujeres: la frustración.


La capacidad artística y humana de describir esta frustración hace 2.500 años es abrumadora: frustradas las mujeres troyanas, tratadas como botín de guerra; frustrada Antígona por la injusticia y el abuso de poder; Clitemnestra, convirtiendo la frustración en despecho y venganza; Lisístrata, hastiada del impuesto papel a las mujeres…


El arte es siempre reflejo de las realidades humanas, y esa mímesis de la vida y el género trágico es evidente para Aristóteles en su Poética. Las complejas y diversas situaciones a que una mujer se enfrentaba en la Grecia clásica dependiendo de la polis en que le tocara vivir, su nacimiento y limitada capacidad de decisión se ha transmitido con claridad. Como en toda época, conocemos los nombres de aquellas que desafiaron lo establecido o que debido a su origen podían ponerse el mundo por montera —valga el anacronismo— pero serán las excepciones a la norma.


Para trascender esta realidad hay que recurrir a la mitología, que sí ofrece un panteón de deidades femeninas que en ocasiones lograban alcanzar la realización, la capacidad de decisión y el uso del poder.


En Artemisa (la Diana latina), diosa cazadora, se han inspirado siete mujeres que lideran sus propios grupos de jazz; profesionales del más alto nivel que han formado el septeto Artemis. Se trata nada menos que de Cécile McLorin Salvant (voz), Anat Cohen (clarinete), Melissa Aldana (saxo), Ingrid Jensen (trompeta), Noriko Ueda (contrabajo), Allison Miller (batería) y Renee Rosnes (piano y dirección artística). Si sus trabajos como líderes son espectaculares, este grupo se acerca a lo artísticamente trascendental, de modo que responder al nombre de una deidad, aunque buscando otra lectura, es ciertamente acertado para el oyente. De hecho, para cualquier mujer involucrada profesionalmente en el mundo del jazz este tipo de logro y reconocimiento público roza prácticamente la categoría de milagro.


Hace un par de años conocimos esta misma formación en algunos festivales con el nombre Woman to Woman. ¿Era condescendiente esta definición? Sin duda: nos sentiríamos descolocados si grandes músicos hombres presentaran una agrupación llamada Man to Man y que esta expresión no se refiriese al proyecto sino a su género sexual. ¿Era un paso necesario? Posiblemente. Es de suponer, al menos basándonos en razones estadísticas, que esta música excepcional consiguiera el interés y la reflexión de muchos respecto a la atención que recibe la música hecha por grandes intérpretes que no son hombres, a las programaciones de los festivales y, con suerte, al desempeño de la profesión en todos sus campos.


Pese a ello, Artemis es una excepción. Si los proyectos liderados por mujeres raramente son promocionados como un evento prioritario en un escenario, que uno formado en su totalidad por músicas llegue a hacerlo no debería responder a una curiosidad del público que no estuviera basada en razones artísticas. En una entrevista a NPR, el grupo se pregunta exactamente eso: si llegará el día en que el comentario que venga de fuera del escenario no sea ese sorprendido «oh, son todas mujeres». Y es cierto. No nos llama la atención un grupo de hombres tocando.

Las razones por las que las mujeres encuentran escollos en su proyección profesional son una mezcla de la realidad externa (el tiempo y lugar que les ha tocado vivir) e intrínseca (con las llamativas variables de cada entorno en el mundo del jazz).


Han pasado más de treinta años y la pianista y compositora Renee Rosnes no olvida que cuando hizo su debut en el cuarteto de Joe Henderson, en la reseña del New York Times el autor hizo una referencia a Rosnes: que se había enamorado de ella; desgraciadamente no se refería a un sentido artístico.


Esta incapacidad de ver lo evidente aún existe; la de estar ante un hombre y reconocer al artista pero hacer una distinción sexual cuando la artista es una mujer.


En España sucede además una circunstancia tristemente irónica: la de tratarse un país que, con honrosas excepciones, desatiende el jazz en cada una de sus manifestaciones pero es la cuna de numerosos artistas, mujeres y hombres, de calidad extraordinaria.


Mucho podríamos hablar sobre los festivales de jazz españoles, pero si queremos hoy centramos en materia de igualdad (igualdad de talento), suspenden todos. Y no, no sucede igual en el resto del planeta. ¿Cuántas intérpretes y compositoras extraordinarias consiguen que sus proyectos sean protagonistas en los carteles de los festivales de jazz de nuestro país? Raro es que llegue al 8%. Y la norma son cifras peores.


En esta realidad encontré necesario pedir un encuentro con el festival de jazz de mi ciudad, Madrid, para conversar sobre logros y yerros en materia de igualdad. En su representante, Concha Hernández, encontré un interlocutora interesada y comprometida que me ayudó a llenar ciertas lagunas que debemos tener en cuenta. Probablemente la más importante de todas sea la irónica cuestión de que existe una Ley de Igualdad que no se cumple.


Por mi parte quise compartir dos herramientas a las que desearía que recurriéramos.


La primera es KEYCHANGE, una iniciativa internacional que busca que el talento musical no reciba discriminación. Su meta es lograr que en los festivales y eventos musicales la presencia de artistas de diferente sexo sea la misma. El listado de organizaciones comprometidas es realmente remarcable: desde los Proms de la BBC hasta el BIME. Sí, él es uno de los eventos musicales españoles que han decidido formar parte de KEYCHANGE; y el listado de los festivales de jazz de otros países conforma un porcentaje apabullante. Algunos ejemplos: EFG London Jazz Festival, NYC Winter Jazzfest, Jazz i parken, Jazzfest Berlin Manchester Jazz Festival, Cheltenham Jazz Festival, Enjoy Jazz, Umeå Jazz Festival y un largo etcétera.









La otra herramienta es el colectivo We Have Voice, sobre cuyo código de conducta ya he escrito en más de una ocasión. Resulta llamativo que se reivindique algo tan sencillo como la creación de entornos de trabajo más justos y más seguros, promoviendo un compromiso que debería ser la norma: igualdad y seguridad para el desarrollo de las artes en todas sus expresiones; la artística, por supuesto, pero también la gestión, la curación o divulgación, por nombrar otras facetas que merecen atención urgente, pero el hecho de que haga falta llevarlo a cabo es realmente la reflexión más importante de todas

A fecha de la publicación de este artículo ningún festival de jazz español forma aún parte de estas iniciativas.


He rectificado más veces de las que me hacen sentir cómoda las trasnochadas e irreales aseveraciones de que no hay casi mujeres en mundo del jazz (o directamente que el jazz no es un mundo para mujeres). Esto, claro está, nunca lo he escuchado de ninguna persona involucrada activamente en este mundo; sin embargo la idea sigue fuera de él.

Así que hoy vuelvo a invitaros a que penséis en vuestra compositora favorita y en la intérprete: la instrumentista, la vocalista, la multiinstrumentista. En la arreglista, la docente, la crítica, la locutora, la divulgadora, la fotógrafa... En todas y cada una de las figuras de un caleidoscopio que anhela una imagen de normalidad, de búsqueda de la belleza y abandono de la frustración.







Texto y traducción del griego © Mirian Arbalejo





Comentarios

Entradas populares de este blog

JAZZ EN CONTENCIÓN [Entrega II] #JazzOnLockdown

  © John Fenton Lectores de todo el planeta se han convertido en la fuerza que da impulso al proyecto internacional Jazz On Lockdown (Jazz En Contención), una visión divulgativa y de apoyo a nuestra comunidad que se gestionó en un grupo de trabajo internacional dependiente de la Jazz Journalists Association. Aquí os cuenta cómo se forjó la idea John Fenton, nuestro colega de Nueva Zelanda. Desde nuestras antípodas, en diversos puntos del planeta se están haciendo eco de cada uno de los artistas cuyos conciertos han sido cancelados.  Nuestro cuartel general es la página web de la Jazz Journalists Association, donde hay un hueco diario para artistas de todo el mundo, incluyendo individualmente los aquí publicados. Allí podéis leer ya  JazzOnLockdown: In Spain, emotion amid unease from Pablo Martín Caminero .  Como podéis comprobar, nuestra meta sigue siendo firme: hacer sonar la música de los conciertos pese a las cancelaciones y no perder ni una nota aun viviendo bajo medid

Estándares de jazz: 7. 'My Favorite Things'

En ocasiones un segundo matrimonio supera con creces una relación anterior. Musicalmente hablando esto es lo que sucedió con el tándem artístico que formaron Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II , a quienes se les considera el paradigma creativo del teatro musical del siglo XX. Efectivamente, ambos crearon una carrera profesional y una gran reputación con sus primeros colaboradores. En el caso de Richards Rodgers , su colaboración con Lorent Hart durante más de dos décadas dejó decenas de partituras de musicales tanto para Broadway como para Londres, así como composiciones para Hollywood para contrarrestar la depresión económica en la década de 1930. Posiblemente su musical con mayor repercusión sea Pal Joey . De entre los temas que compusieron a lo largo de esta colaboración, muchos se convirtieron en éxitos y, por tanto, gran número de estas piezas han pasado a formar parte del amplio abanico de estándares de jazz. Son composiciones de Rodgers y Hart Isn’t it Ro

Estándares de Jazz: 4. 'Caravan'

En ocasiones una decisión que puede en principio parecernos personal, simple y de repercusiones limitadas acaba teniendo un alcance imprevisto. Imaginemos a un niño nacido en el Puerto Rico de 1900 en el seno de una familia de músicos. Su tío, Manuel Tizol Márquez, era entonces considerado la figura puertorriqueña más destacada de la música instrumental tanto en el repertorio clásico como en el popular. El pequeño Juan Tizol —según testimonio propio— participaba en la banda de su tío Manuel cuando contaba con tan solo 8 años, y fue posiblemente por aquel entonces cuando tomó una decisión que habría de tener influencia tanto en su carrera como en la evolución de la música americana del siglo XX. La simple pero definitiva elección del pequeño Juan Tizol consistió en dejar el violín para entregarse al trombón de pistones, instrumento al que dedicó el resto de su vida. En 1920 viajó junto con su orquesta a los EE UU, donde, pese a no conocer el idioma —refiriéndonos con

Discos Favoritos de 2022 Y Una Reflexión Sobre Crítica Musical

  Supongo que todos tenemos unas costumbres no muy distintas a la hora de escuchar un disco: mirar la portada, leer los títulos y créditos, y, si somos muy afortunados, leer las cada vez menos presentes —y más necesarias— notas de los discos mientras escuchamos el álbum.     Las primeras notas de March On , el tema que abre el 16.º disco como líder de la compositora y pianista Lynne Arriale ( The Lights Are Always On ) ya provocaron una reacción emocional y de fuerte interés musical. Y era solo el comienzo de uno de los trabajos de representación y expresión histórica más destacables que recuerdo.     Como crítica, había un componente personal sobre el que estuve varios meses reflexionando: todos los temas de The Lights Are Alwayn On están inspirados en eventos de profundo peso de los últimos dos años, con una peculiaridad subjetiva, que yo había vivido y presenciado todos y cada uno de ellos. ¿Hasta qué punto mi reacción al disco del trío de Arriale estaba justificada en lo artísti

Cómo iniciarse en el jazz con una cierta seguridad de no acabar dejándolo para otra vida

Una de las preguntas que más temo pero que más me hacen es qué  escuchar  para iniciarse en el jazz.   Desde que utilizo las redes sociales, me topo con esta pregunta, como  mínimo, una vez por semana. Y ésa es la razón principal por la que me he   decidido a escribir este texto. Es imposible dar una respuesta general porque no existe un comodín que  responda a  los gustos personales de cada uno. Pondré como ejemplo al  aficionado al rock que  pide la recomendación; podemos sugerir piezas que  compartan un cierto lugar común , pero sin conocer la discoteca del  interesado  y sus inclinaciones dentro de su género  favorito, veo difícil crear  una norma  general que sirva para todos. A lo que sí voy a atreverme es a dar unas pautas que puedan compensar la ausencia de receta mágica; datos, recursos e incluso actitudes que a mí me han resultado de utilidad en estos 20 años de relación estable que llevo con el señor jazz.

Festival Internacional de Jazz Getxo: Unos apuntes sobre Gestión Cultural

Cuando existe la duda de si estamos siendo testigos de una era de cambios, la forma más rápida de encontrar una respuesta es fijarse en la gestión de la cultura . La transformación en la creación artística da sin duda pistas y es imprescindible para comprender períodos a medio y largo plazo, pero es la gestión cultural —y la diligencia y el celo en su apoyo y distribución— lo que marcará este aviso de forma más inminente.  El arte sobrevive . Siempre lo hará. Decía Aristóteles que el arte es la mímesis de lo humano , y hasta ahora su descripción sigue demostrándose cierta. De modo que aunque presenciemos altibajos en su desarrollo, el arte seguirá existiendo, curiosamente pese a y por  esas peculiares criaturas que resultamos ser . Un tema muy diferente es la logografía en torno al arte (sospecho que nuestra generación será la última que conviva con la crítica musical) y su gestión. El Festival Internacional de Jazz de Getxo cubre diversos frentes fundamentales en una

20 Buenos Discos de 2018

Del privilegio que supone haber escuchado tanta música valiosa, emocionante, atrevida, salvada de unas cajas o revelada en pleno insomnio, la única frustración que nos queda a quienes la devoramos es la certeza de que jamás podremos escuchar todos y cada uno de los discos creados a lo largo del año en el planeta. Es una de las razones por las que esta ya tradicional lista que publico el último día del año no lleva el familiar título de "los mejores discos del años". Son mis favoritos de entre algunos centenares. Tanta música de calidad llega a mí cada año... Ojala existiera la posibilidad de hablar de toda. Comenzaba 2018 con un disco en mis manos: Love, Time and Divination , del cuarteto de Nueva Orleans liderado por el trombonista Mark McGrain. Un disco que resultó siendo realmente significativo y lúcido en su título respecto a lo que estaba por venir: un encuentro entre la tradición y el presente, una apuesta por sacar adelante un trabajo en que el músico cree.  Cada v

50 Buenos Discos de 2021

Cada 31 de diciembre es tradición aquí celebrar la música publicada durante los últimos 365 días en cualquier formato: vinilos, cedés, casetes, digital, música autoproducida, salvada de alguna balda, apoyada por sellos que pertenecen a industrias pesadas o a otros creados por y para el talento. Las opciones siguen ampliándose (y a la vez reduciéndose) en esta irónica lucha de la música como expresión artística y modelo de negocio (si aún lo es). El 30 de diciembre pudimos ver la selección de la crítica en la 2021 Jazz Critics Polls , que dirije Francis Davis con la dedicada colaboración de Tom Hull. Hull, el hombre con los datos, cuenta que 156 críticos hemos votado 510 grabaciones diferentes en 2021, lo que sigue convirtiendo a dicha lista única en su naturaleza. Podéis leer la selección completa de los discos de jazz elegidos por la crítica internacional y las votaciones individuales.  La frustración vuelve a ser la protagonista por el número limitado de discos que podemos selecci

'Between Places'

Estos últimos meses he estado acordándome de un capítulo de la serie Perdidos ( LOST , 2004 - 2010). Su título es “?” y en él aparece una joven que vuelve a la vida tras haberse ahogado. Tiene después una conversación con uno de los personajes principales de la serie (Mr. Eko), haciéndole llegar un mensaje de Yemi, el hermano muerto de Eko, con quien supuestamente se encontró cuando estaba “ between places ”, o sea, entre sitios; en este caso entre dos mundos: el de los vivos y el de los muertos. Between places es la respuesta que podría dar básicamente a cualquier pregunta relacionada con cualquiera de mis aventuras y desventuras; sospecho que muchos de vosotros os veréis identificados con la expresión. Yuuko muy "between places" y mucho "between places". @CLAMP Una de las razones por las que os debía un texto aquí es volver a comunicarme con vosotros tras mi descanso en redes sociales (que, por cierto, son el paradigma del “entre lugares”: ni s

'Whiplash', una película sobre algo que no es jazz

El mes pasado tuvo lugar en España el estreno del filme Whiplash , segundo largometraje del director Damien Chazelle , responsable a su vez del guion tanto de la película como del cortometraje previo. Whiplash llegó precedida por una significativa retahíla de premios y nominaciones; opta, sin ir más lejos, a ser elegida la mejor película del año de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, los comúnmente conocidos premios Ó scar . Será competencia del espectador decidir si ha encontrado emoción, inteligencia o entretenimiento en el filme, pero presenta algunos aspectos que quien firma este blog desea revisar. No existe el deseo de ofrecer análisis cinematográfico alguno, sino de aclarar ciertas consideraciones que merecen puntualización tras la estela dejada por la definición de Whiplash como una película sobre jazz . Es innegable que Whiplash parte del deseo de transmitir, como mínimo, un entorno jazzístico, pues sus dos protagonistas encarn