Ir al contenido principal

'Between Places'



Estos últimos meses he estado acordándome de un capítulo de la serie Perdidos (LOST, 2004 - 2010). Su título es “?” y en él aparece una joven que vuelve a la vida tras haberse ahogado. Tiene después una conversación con uno de los personajes principales de la serie (Mr. Eko), haciéndole llegar un mensaje de Yemi, el hermano muerto de Eko, con quien supuestamente se encontró cuando estaba “between places”, o sea, entre sitios; en este caso entre dos mundos: el de los vivos y el de los muertos.


Between places es la respuesta que podría dar básicamente a cualquier pregunta relacionada con cualquiera de mis aventuras y desventuras; sospecho que muchos de vosotros os veréis identificados con la expresión.


Yuuko muy "between places" y mucho "between places". @CLAMP



Una de las razones por las que os debía un texto aquí es volver a comunicarme con vosotros tras mi descanso en redes sociales (que, por cierto, son el paradigma del “entre lugares”: ni son la realidad ni dejan de reflejarla). Por ahora Facebook sigue autovetado por la montaña de tropelías en la satrapía Zuckerberg; supongo que cuando deje de estar entre tanto “between places” podré enfocarme en el bonito (y altamente añorado) mundo de lo trivial.


Pero enfoquémonos en el tablero del jazz.


En el mes de noviembre tuve una reunión formal con el Festival Internacional de Jazz de Madrid (JazzMadrid18). Por numerosas razones que sería fascinante y productivo analizar con interlocutores adecuados, la mayoría de los festivales de jazz nacionales suspenden estrepitosamente en cuestión de igualdad; la de género se lleva la mención de honor. El de Madrid es sólo un ejemplo, pero es el ejemplo que ofrece mi ciudad. Si añadimos el hecho de que (como debe ser) cuenta con fondos públicos, esta realidad es aún más enrevesada. Cuando además escribir sobre ello no es suficiente, las únicas dos opciones que quedan son dejarlo estar o pasar a la acción. En esta edición, el festival se congratulaba de tener en cartel un 30% de mujeres. Pero este dato no se refiere a mujeres con proyectos y agrupaciones propias, pues entonces lo situaría muy por debajo de un lacerante 10%. Por otro lado, la ausencia total de mujeres en las conferencias volvía a ser una constante del festival (8 ponentes: 8 hombres, 0 mujeres).


De modo que en mi personal matrioshka de los muchos “entre lugares” en aquel momento, este específico conflicto pendular se dividía entre “¿tengo tiempo para hacer esto, ganas de conversar sobre esta evidencia sonrojante y capacidad de reorganizar los proyectos que tendré que dejar durante la preparación, duración y conclusión de este encuentro?” No. “¿Puedo NO hacerlo?” No.


No había opción mejor, pero la segunda resultó definitiva.


Considero que mereció la pena apostar por la reunión, aunque realmente no lo sabremos hasta que conozcamos el cartel de #JazzMadrid19. Encontré una interlocutora (Concha Hernández) interesada en las propuestas: herramientas al alcance de cualquiera de nuestros festivales de jazz que, por alguna razón (de nuevo, insisto en que sería conveniente analizar esta realidad. Ojalá lo hiciéramos con ponentes adecuados y en un marco público), están siendo ignoradas. Y es importante decir que esto no sucede fuera de nuestras fronteras.


Sobre esta reunión leeréis con más profundidad en un artículo que he preparado para otra publicación pero no quiero dejar de resaltar dos de estas propuestas básicas, que aquí dejo para consideración de festivales, clubes, sellos discográficos, prensa especializada —la poca que queda al menos—, promotoras y demás piezas de nuestro engranaje.


La primera de ellas es KEYCHANGE: una iniciativa internacional que busca que el talento musical no reciba discriminación. Su meta es que en los festivales y eventos musicales la presencia de artistas de diferente sexo sea la misma. El listado de organizaciones comprometidas es realmente remarcable: desde los Proms de la BBC hasta el BIME. Sí, él es uno de los eventos musicales españoles que han decidido formar parte de KEYCHANGE; sin embargo ninguno de nuestros festivales de jazz lo hace aún pese a que el listado de los de otros países conforma un porcentaje apabullante: EFG London Jazz Festival, NYC Winter Jazzfest, Jazz i parken, Jazzfest Berlin Manchester Jazz Festival, Cheltenham Jazz Festival, Enjoy Jazz, Umeå Jazz Festival y un largo etcétera.


Otra herramienta (que vosotros, queridos lectores, ya conocéis) es el código del colectivo We Have Voice, del que he escrito en más de una ocasión.


Este hilar entre realidades, lecturas, hechos, intenciones y potenciales es más agotador de lo que soy capaz de reflejar. Quizá sea de utilidad lo siguiente.

Mientras esto sucedía, el crítico de jazz Francis Davis se ponía en contacto conmigo para invitarme a formar parte de la Jazz Critics poll de NPR (la radio pública de EE UU). Cada año, este grupo de críticos publica una lista con los mejores discos de jazz del año. La selección de los críticos que conforman este claustro (mis héroes. Los autores de los libros que están en mis estanterías) es lo que convierte esta lista en la más influyente. Por primera vez se ha contado con una persona de la crítica de nuestro país, lo cual es una buena noticia. A nivel personal ha sido además una experiencia que me ha proporcionado algo que valoro mucho: el intercambio de conversaciones estimulantes.


Todo lo anterior me crea una extraña mezcla de vértigo, responsabilidad y propósito.


Sabéis que llevo ya mucho tiempo haciendo la selección de mis discos favoritos del año y el hecho de formar parte de este club no cambiará la mecánica. El 31 de diciembre seguiréis encontrando aquí mi lista. Sí existen algunas especificaciones que influirán en que mi selección para NPR no coincida con la de fin de año.


En primer lugar, mi recopilación en It Don’t Mean A Thing comprende el año natural, mientras que la que publicará NPR la próxima semana abarca los 12 meses entre el festivo de acción de gracias de 2017 y 2018. Por esa razón un disco como Long Haul, de Jessica Lurie, puede ser propuesto para NPR pese a haberlo publicado en la lista de mis discos favoritos de 2017 (el álbum salió a la venta en diciembre del año pasado).

Por otro lado, he de confesar que la parte difícil ha sido reducir el número de trabajos a diez (el año pasado mi listado consistió en 15 y este año encontraréis 20, si es que consigo no ceder a tentación de que sean 25).






Os dejo por hoy. Queda pendiente una extensión de este texto en el que quiero contaros lo que sucede (en mí al menos) cuando un sobre ha terminado de viajar, su dirección de destino es la mía, y al abrirlo contiene un disco. Otro between places, claro está.

Pd: la semana que viene actualizaré este artículo con la publicación de la Francis Davis/NPR's Jazz Critics Poll.

.......

ACTUALIZACIÓN: Acaba de publicarse la 2018 Francis Davis / NPR Music Jazz Critics Poll.







Comentarios

Entradas populares de este blog

Festival Internacional de Jazz Getxo: Unos apuntes sobre Gestión Cultural

Cuando existe la duda de si estamos siendo testigos de una era de cambios, la forma más rápida de encontrar una respuesta es fijarse en la gestión de la cultura . La transformación en la creación artística da sin duda pistas y es imprescindible para comprender períodos a medio y largo plazo, pero es la gestión cultural —y la diligencia y el celo en su apoyo y distribución— lo que marcará este aviso de forma más inminente.  El arte sobrevive . Siempre lo hará. Decía Aristóteles que el arte es la mímesis de lo humano , y hasta ahora su descripción sigue demostrándose cierta. De modo que aunque presenciemos altibajos en su desarrollo, el arte seguirá existiendo, curiosamente pese a y por  esas peculiares criaturas que resultamos ser . Un tema muy diferente es la logografía en torno al arte (sospecho que nuestra generación será la última que conviva con la crítica musical) y su gestión. El Festival Internacional de Jazz de Getxo cubre diversos frentes fundamentales en una

Estándares de Jazz: 4. 'Caravan'

En ocasiones una decisión que puede en principio parecernos personal, simple y de repercusiones limitadas acaba teniendo un alcance imprevisto. Imaginemos a un niño nacido en el Puerto Rico de 1900 en el seno de una familia de músicos. Su tío, Manuel Tizol Márquez, era entonces considerado la figura puertorriqueña más destacada de la música instrumental tanto en el repertorio clásico como en el popular. El pequeño Juan Tizol —según testimonio propio— participaba en la banda de su tío Manuel cuando contaba con tan solo 8 años, y fue posiblemente por aquel entonces cuando tomó una decisión que habría de tener influencia tanto en su carrera como en la evolución de la música americana del siglo XX. La simple pero definitiva elección del pequeño Juan Tizol consistió en dejar el violín para entregarse al trombón de pistones, instrumento al que dedicó el resto de su vida. En 1920 viajó junto con su orquesta a los EE UU, donde, pese a no conocer el idioma —refiriéndonos con

Estándares de jazz: 7. 'My Favorite Things'

En ocasiones un segundo matrimonio supera con creces una relación anterior. Musicalmente hablando esto es lo que sucedió con el tándem artístico que formaron Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II , a quienes se les considera el paradigma creativo del teatro musical del siglo XX. Efectivamente, ambos crearon una carrera profesional y una gran reputación con sus primeros colaboradores. En el caso de Richards Rodgers , su colaboración con Lorent Hart durante más de dos décadas dejó decenas de partituras de musicales tanto para Broadway como para Londres, así como composiciones para Hollywood para contrarrestar la depresión económica en la década de 1930. Posiblemente su musical con mayor repercusión sea Pal Joey . De entre los temas que compusieron a lo largo de esta colaboración, muchos se convirtieron en éxitos y, por tanto, gran número de estas piezas han pasado a formar parte del amplio abanico de estándares de jazz. Son composiciones de Rodgers y Hart Isn’t it Ro

'Whiplash', una película sobre algo que no es jazz

El mes pasado tuvo lugar en España el estreno del filme Whiplash , segundo largometraje del director Damien Chazelle , responsable a su vez del guion tanto de la película como del cortometraje previo. Whiplash llegó precedida por una significativa retahíla de premios y nominaciones; opta, sin ir más lejos, a ser elegida la mejor película del año de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, los comúnmente conocidos premios Ó scar . Será competencia del espectador decidir si ha encontrado emoción, inteligencia o entretenimiento en el filme, pero presenta algunos aspectos que quien firma este blog desea revisar. No existe el deseo de ofrecer análisis cinematográfico alguno, sino de aclarar ciertas consideraciones que merecen puntualización tras la estela dejada por la definición de Whiplash como una película sobre jazz . Es innegable que Whiplash parte del deseo de transmitir, como mínimo, un entorno jazzístico, pues sus dos protagonistas encarn

Cómo iniciarse en el jazz con una cierta seguridad de no acabar dejándolo para otra vida

Una de las preguntas que más temo pero que más me hacen es qué  escuchar  para iniciarse en el jazz.   Desde que utilizo las redes sociales, me topo con esta pregunta, como  mínimo, una vez por semana. Y ésa es la razón principal por la que me he   decidido a escribir este texto. Es imposible dar una respuesta general porque no existe un comodín que  responda a  los gustos personales de cada uno. Pondré como ejemplo al  aficionado al rock que  pide la recomendación; podemos sugerir piezas que  compartan un cierto lugar común , pero sin conocer la discoteca del  interesado  y sus inclinaciones dentro de su género  favorito, veo difícil crear  una norma  general que sirva para todos. A lo que sí voy a atreverme es a dar unas pautas que puedan compensar la ausencia de receta mágica; datos, recursos e incluso actitudes que a mí me han resultado de utilidad en estos 20 años de relación estable que llevo con el señor jazz.

Discos Favoritos de 2022 Y Una Reflexión Sobre Crítica Musical

  Supongo que todos tenemos unas costumbres no muy distintas a la hora de escuchar un disco: mirar la portada, leer los títulos y créditos, y, si somos muy afortunados, leer las cada vez menos presentes —y más necesarias— notas de los discos mientras escuchamos el álbum.     Las primeras notas de March On , el tema que abre el 16.º disco como líder de la compositora y pianista Lynne Arriale ( The Lights Are Always On ) ya provocaron una reacción emocional y de fuerte interés musical. Y era solo el comienzo de uno de los trabajos de representación y expresión histórica más destacables que recuerdo.     Como crítica, había un componente personal sobre el que estuve varios meses reflexionando: todos los temas de The Lights Are Alwayn On están inspirados en eventos de profundo peso de los últimos dos años, con una peculiaridad subjetiva, que yo había vivido y presenciado todos y cada uno de ellos. ¿Hasta qué punto mi reacción al disco del trío de Arriale estaba justificada en lo artísti

Gregory Porter y el fenómeno fan

Gregory Porter durante su actuación en el Festival de Jazz de Madrid (Fotografía de Álvaro López del Cerro) Debí haber prestado más atención a las señales. No sólo porque las entradas para el concierto que ofreció Gregory Porter en Madrid llevaban tiempo agotadas , sino porque al llegar al Centro Cultural de la Villa/Fernán Gómez encontré seguidores del cantante que sostenían con cierta solemnidad carteles en busca de una entrada . Menor discreción mostraban aquellos que acechaban en la taquilla pidiendo, suplicando, mendigando u ofreciendo pingües lucros a cambio de mi acreditación. Ya en el auditorio, Porter (Los Ángeles, 1971) fue recibido entre vítores , aplausos y sonrisas de devoción. Es un músico muy querido , cierto, y esta entrega de su público no responde únicamente a su talento como vocalista —con ese timbre de enorme expresividad y profundidad que lo caracteriza en torno a su amplia tesitura de barítono— sino también a su carisma . Dominar un escenario y

Estándares de jazz: 5. 'Tema de amor/Tema principal de Espartaco'

Posiblemente el nombre Isadore Soifer no resulte familiar para la mayoría, pero si se puntualiza que pronto Mr. Soifer pasó a ser conocido como Alex North , seguramente muchos melómanos y más cinéfilos sabrán quién es el protagonista de esta quinta entrega sobre estándares de jazz . Desde muy joven, North (Pensilvania, 1910 - Los Ángeles, 1991) fijó su atención en dos compositores contemporáneos: Duke Ellington y Sergei Prokofiev. Pronto consiguió estudiar composición en la prestigiosa Juilliard School mientras trabajaba como telegrafista por las noches. Su pasión por los compositores rusos y el hecho de que en la entonces Unión Soviética había una gran demanda para cubrir puestos en telegrafía decidieron a North a continuar sus estudios de composición en Moscú, cuyo conservatorio lo aceptó, convirtiéndose en el primer estadounidense en lograr no sólo ser becado por esta institución sino también en formar parte en la estricta Unión de Compositores Soviéticos . Pero

Nuestro Bogui

Si hay un buen día de la semana en Madrid, ése es el lunes. Si hay un sitio donde celebrarlo, es Bogui. Y eso que Bogui es mucho más que lunes festivo de Big Band. Es la casa de jazz de todos. Esta mañana nos han cerrado Bogui. Sin razones legales ni laborales, sin descuidos ni errores administrativos. La avaricia, el amiguismo y los tejemanejes del cuarto poder y la política son demasiado peso para que las vigas de un club de jazz lo soporten. Y somos muchos los que nos sentimos como esas vigas porque Bogui es también nuestra casa. “Yo soy Espartaco.” “ Sí, capitán, mi capitan.” Expresadlo como queráis. Sencillamente no pueden ni deben dejarnos sin Bogui. No pueden dejarme sin Bogui: es, por muchas razones, parte de mi Ítaca. Hemos de conseguirlo. Missingduk e seguirá intentando desde aquí formar parte de un David contra Goliat. Cuento con vosotros.

Leonard Bernstein y el Jazz (II). El pequeño Lenny

Hay algo al intentar escribir sobre la vida de Leonard Bernstein que recuerda a ese realismo mágico tan presente en los autorelatos de las vidas de Louis Armstrong o Duke Ellington . Y, sí, reconozco el anacronismo aquí pero qué puedo hacer yo si el realismo mágico ya existía en básicamente cada palabra que estos músicos elegían para contar los eventos de sus vidas. Quede claro que con la fecha de nacimiento este año no se juega; quiero decir con esto que sí, que Armstrong lo hizo, diciendo que había nacido un mes antes para darle un toque romántico porque si le hacíamos caso correspondía al 4 de julio, con lo que, básicamente, aún se celebraría su nacimiento en EE UU con fuegos artificiales. Pero Leonard Bernstein nació un 25 de agosto de 1918 . Así sucedió. Sin duda. Estamos celebrando el centenario de su nacimiento en el momento correcto. De todas formas, en el caso de Bernstein, para encontrar algún ejemplo entre lo real y otras materias, también podemos recurr